La noticia tomó por sorpresa al Gobierno mexicano. Donald Trump había anunciado la tarde del miércoles una nueva pausa en la imposición de aranceles del 25% a los productos de México, pero cambió de opinión en la mañana del jueves, apenas unas horas más tarde. La presidenta, Claudia Sheinbaum, tomó el bandazo con tranquilidad y pidió calma antes de descartar que se pueda lograr otra prórroga. “Espero que podamos llegar a un acuerdo y que el 4 de marzo podamos anunciar otra cosa”, declaró la mandataria en su última conferencia de prensa. Sheinbaum subrayó que las figuras claves de su Gabinete se encuentran en Washington para sostener reuniones de alto nivel con su contrapartes estadounidenses y confió en que las negociaciones puedan avanzar. También señaló que espera poder hablar con Trump, una vez que concluyan los encuentros ministeriales.
“Como decimos siempre, cabeza fría y con optimismo de que podemos llegar a un acuerdo”, señaló Sheinbaum, tras enterarse de la decisión de su homólogo de Estados Unidos. La presidenta recordó que Marco Rubio, el jefe de la diplomacia estadounidense, tiene en agenda una reunión este jueves con miembros del Gabinete de Seguridad para analizar los resultados en el combate al crimen organizado y la crisis migratoria. La comitiva mexicana está encabezada por el secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, y está integrada también por el zar anticrimen, Omar García Harfuch; el titular de la Defensa, Ricardo Trevilla; el jefe de la Marina, Raymundo Morales, y el fiscal general, Alejandro Gertz Manero. La mandataria dijo que el objetivo es “buscar un acuerdo de colaboración en el marco de nuestra soberanía y nuestros principios” y que las negociaciones están “en proceso”.
“Llevan muy estudiados los distintos temas y ya ha habido conversaciones previas”, comentó Sheinbaum. “Vamos a ver qué noticias hay al final del día”, agregó. Además del encuentro de trabajo en Seguridad y Migración, el Gobierno mexicano ha enviado a Washington al secretario de Economía, Marcelo Ebrard, para labrar un pacto en el frente comercial, ante las amenazas arancelarias de la nueva Casa Blanca y el anuncio de tarifas específicas como la imposición de gravámenes al acero y al aluminio para el próximo mes. Rogelio Ramírez de la O, el titular de Hacienda, también se ha desplazado a la capital de Estados Unidos para apoyar las gestiones de Ebrard.
La fecha clave vuelve a ser el próximo martes, cuando vence el plazo que se había establecido en las primeras negociaciones, celebradas el pasado 3 de febrero. En esa ocasión, México se comprometió a desplegar 10.000 militares en la frontera para frenar el tráfico de fentanilo y los flujos de inmigrantes, a cambio de diferir el golpe a su economía. A pesar de que han anunciado más de 13.000 detenciones de supuestos miembros del crimen organizado, incautaciones históricas de drogas sintéticas y la caída más abrupta de los cruces de personas sin papeles desde mediados de 2020, Trump ha declarado que no está satisfecho con los resultados. “Las drogas siguen inundando nuestro país desde México y Canadá a niveles altos e inaceptables”, reclamó el republicano y advirtió de que los gravámenes entrarán en vigor la semana próxima.
Las autoridades mexicanas han informado periódicamente de los avances en materia de Seguridad y confían en convencer al equipo de Trump de que han cumplido con los deberes durante las semanas de la pausa arancelaria. Está por definirse cuáles serán las nuevas condiciones impuestas por la Casa Blanca para diferir el castigo a las exportaciones mexicanas. Estados Unidos es el destino de cerca del 80% de los productos de México en el extranjero. El tanque de oxígeno que había ofrecido Trump en declaraciones a los medios tras su primera reunión de Gabinete se ha desvanecido en cuestión de horas, pero el Gobierno de Sheinbaum calcula que hay un margen para alcanzar un nuevo aplazamiento. Las miradas están puestas en lo que puedan lograr sus representantes en Washington.
