La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, lanzó un enorme plan, ReArmar Europa, que combina instrumentos que permitirán movilizar en total unos 800 mil millones de euros (845 mil millones de dólares) destinados a Defensa.
El plan incluye una flexibilización de las normas fiscales para impulsar la inversión en Defensa, y líneas de préstamo por 150 mil millones de euros, para que los países del bloque refuercen sus capacidades.
«Con este plan, los Estados miembros [de la UE] podrán reforzar considerablemente su apoyo a Ucrania», con una «ayuda militar inmediata», dijo la alta funcionaria alemana.
Von der Leyen enfatizó que «ha llegado el momento» para Europa, «y estamos listos a reforzarnos».
El anuncio del enorme plan se conoció después que el gobierno de Estados Unidos anunciara la suspensión de su ayuda a Ucrania, una iniciativa que descarga la responsabilidad sobre los hombros de Europa.
El plan fue anunciado además dos días antes de una cumbre de dirigentes de la UE, prevista para el jueves en Bruselas, para hablar de la situación en Ucrania y la seguridad de Europa.
En una carta a los dirigentes de la UE, Von der Leyen detalló que el plan incluye «un nuevo instrumento para respaldar a los Estados miembros en el refuerzo de sus capacidades de Defensa».
Este instrumento permitirá, con hasta 150 mil millones de euros, que los países del bloque utilicen recursos en áreas como misiles y defensa aérea, sistemas de artillería, drones, movilidad militar y preparación para la guerra cibernética.
También apuntó que promoverá la denominada Cláusula de Salida de las normas fiscales, lo que significa que los países del bloque podrán gastar más en Defensa e incurrir en un déficit superior al 3% de su PIB, sin que ello les valga un expediente por parte de la Comisión Europea.
La UE también busca incentivar las inversiones relacionadas con la Defensa en el Presupuesto del bloque.
Esto implica eliminar las restricciones existentes para grandes empresas en el segmento de defensa, y aumentar los incentivos financieros.
Finalmente propone ampliar la participación del Banco Europeo de Inversiones (BEI) y movilizar el capital privado, en particular los enormes recursos disponibles en ahorros de los europeos para asegurar que «se inviertan en mercados dentro de la UE».
