—Día negro para México
—Dan golpe mortal al Poder Judicial
—Se consuma el fraude electoral
El golpe mortal al poder judicial ya este dado. Este domingo, una minoría de mexicanos, mayormente controlados por Morena, decidieron quiénes serán los nuevos ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, así como los magistrados y jueces.
La participación ciudadana en esta elección no logró superar el 15%, una cifra significativamente baja si se compara con otros procesos electorales constitucionales, como aquellos destinados a elegir al titular del poder ejecutivo o a los integrantes del poder legislativo.
La elección fue anunciada con bombo y platillo como una gran fiesta por los morenos, pero al final, asistieron muy pocos. La gran mayoría de los mexicanos, optaron por quedarse en casa ante la falta de convencimiento en el proceso que a todas luces fue manipulado desde palacio nacional y de San Lázaro.
Es lamentable ver cómo la reciente jornada electoral refleja un panorama oscuro para las instituciones democráticas en el país. La captura del Poder Judicial por Morena y las acusaciones de fraude electoral este domingo indican una crisis en la división de poderes.
Lo que pasó ayer no solo es un mal día para la democracia, es la confirmación de prácticas nefastas de la 4T que están acabando con las bases de la república. Ante este panorama, no es raro que la gente empiece a darse cuenta de la gravedad del tema y rechace estas movidas, y la verdad, es necesario si queremos evitar que el país termine siendo manejado por intereses oscuros y partidistas.
En este contexto, más que desinterés, la apatía y el abstencionismo se perciben como una reacción lógica ante procesos amañados que no generan ni confianza ni claridad, especialmente cuando el pueblo sabio y bueno desconoce completamente el papel de los jueces, magistrados y ministros.
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Muchos mal pensados se preguntan: ¿De verdad esperaban que la ciudadanía saliera en masas a votar cuando ni siquiera se entendía bien de qué trataba el proceso?
Durante las campañas la difusión del proceso brilló por su ausencia. Muchas figuras políticas de Morena, entre ellas la presidenta Claudia Sheinbaum salieron a declarar la importancia del proceso y clamar por una participación ciudadana activa.
Pero la jornada de este domingo dejó claro el resultado: poca afluencia, largas caras en las casillas vacías y un promedio de 15 minutos para emitir el voto. Ni filas, ni entusiasmo, ni nada. Solo un triste eco de lo que pudo haber sido.
Para la cuarta transformación, todo resultó favorable. Al final, aprovecharon al máximo un sistema complejo que parece más confuso que persuasivo, pero no movilizó a la gente.
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Y como siempre ocurre en todas las elecciones, las acusaciones y las denuncias de acarreos de votantes, la compra de votos y de funcionarios de casilla por parte de Morena se dieron durante la jornada electoral.
En México, las elecciones suelen ir acompañadas de acusaciones de corrupción. Sin embargo, no se presentan informes oficiales ni pruebas concluyentes, solo quedó la sensación de manipulación por parte de Morena.
Por supuesto, la presidenta Claudia Sheinbaum no tardó en convertir el evento en una narrativa heroica. Durante el 83 aniversario de la Armada de México, destacó la elección como histórica y aprovechó para reforzar su retórica contra el neoliberalismo y la corrupción.
Mientras que, en la casa de enfrente, Jorge Romero, líder nacional del PAN, no perdió la oportunidad para señalar las fallas del proceso, desde la baja participación hasta la supuesta intimidación para aprobar la reforma judicial.
Aunque sus críticas llevaron un tono claramente político, no dejó de tener un punto válido: este proceso no inspiró confianza ni movilizó a la ciudadanía como se esperaba.
Y el que finalmente apareció públicamente fue el expresidente Andrés Manuel López Obrador, sí salió a votar después de que había duda de su aparición.
Durante su participación, elogió a la presidenta Claudia Sheinbaum y compartió que está trabajando en un nuevo libro sobre la historia prehispánica, planeado para finales de año.
AMLO recordó la reforma al Poder Judicial firmada en septiembre de 2024, la cual busca establecer un auténtico Estado de derecho y eliminar privilegios en el poder judicial. Este cambio fue parte de su legado antes de dejar la presidencia. El expresidente también enfatizó la importancia de vivir en un país libre y democrático.
Al final, los promotores de la elección del Poder Judicial se salieron con la suya y dieron la estocada final al Poder Judicial.